A lo
largo de la historia, la comunicación y la información han constituido fuentes
fundamentales de poder y contrapoder, de dominación y de cambio social. Parece
ser que la opinion pública se convierte en un papel decisivo para propiciar el
cambio. La forma en que la gente piensa determina el destino de las normas y
valores sobre los que se construyen las sociedades. Así, en la sociedad red del
siglo XXI, donde el poder es multidimensional (coexisten redes financieras,
culturales, políticas, militares, etc.), también cobra especial relevancia el
espacio de la comunicación y su influencia sobre los cambios y transformaciones
sociales. La comunicación, a través de las tecnologías de
la información , tienen un poder absurdo sobre los que se
habla, y es de aquello de lo que habla todo el mundo lo que genera poder. Es
decir, es algo así como un círculo vicioso. Y así como el poder busca una
buena comunicación a través de las TIC, también , de acuerdo a su
interés, puede querer omitir la comunicación de algo para no generar un poder
que perjudique esos intereses y lo haga perder su propio poder. Sin embargo,
las nuevas posibilidades que nos traen las TIC, que no tienen las restricciones
y censurar que si contiene la televisión, nos permite a nosotros como
ciudadanos del mundo también ejercer poder, y sobre todo luchar contra
la hegemonía de poder de los gobiernos. La actual transformación de la
tecnología de la comunicación en la era digital amplía el alcance de los medios
de comunicación a todas las esferas de la vida social. En nuestra sociedad, los
políticos dependen de los medios de comunicación. El lenguaje de los medios
tiene sus propias reglas. Como resultado, las relaciones de poder, se
determinan y deciden cada vez más en el campo de la comunicación.
Un claro ejemplo de este caso en Colombia es que los medios de comunicación son propiedad de grandes empresarios, como lo es el caso de Casa Editorial El Tiempo que ahora pertenece a Luis Carlos Sarmiento Angulo; o el Canal RCN que es propiedad de Carlos Ardila Lulle. Es claro como estos conglomerados de medios se dedican a proteger e impulsar los intereses específicos de sus dueños y la élite colombiana; razón por la cual no es sorprendente encontrar información sesgada en estos medios que malinformen a la población del pais y beneficien a aquellos que nos gobiernan.